viernes, 3 de agosto de 2012

De vuelta al rebaño



Gonzalo Farfán, Gabriel Bellido, Guillermo Figueroa y Pipe Villarán: G3, ha sido y será, sin lugar a duda una de las bandas más representativas del movimiento hard – core en el Perú y del rock en general. Sin embargo, es también el sonido que se aleja de a pocos, pero que perdura en la mente de su extensa legión de seguidores; sonido que se extingue por el mismo mecanismo por el cual se apagan las demás bandas de este país: la indiferencia de los medios.

G3 surge a principios de la década de los ochenta  tras la disolución de Autopsia, banda pionera del ya recordado movimiento subterráneo. Para marzo del 87 la banda, que hasta ese momento estaba formada como un trió, grabaría su primera producción en formato de cassete “Un nuevo enemigo”, empezando así una serie de giras tanto al interior como al exterior del país.  Ya en 1990, la banda daría a luz a su segundo álbum “En llamas”.  En 1994, se integrarían Pipe Villarán y Alejandra Pérez Prieto: Guitarra y coros respectivamente, iniciando así con esta nueva adhesión la producción de su tercer fruto: Psicotropia, disco que encierra nuevos elementos, entre ellos el grunge; elementos, que no habían sido incluidos en las dos producciones anteriores. Aunque el Psicotropia no es un disco grunge stricto sensu, este le permitió a la banda reinventarse a sí misma en cuanto al aspecto sonoro concierne. Posteriormente haría su aparición “Pasan los días”, disco que incluiría la quinta esencia de toda su producción musical hasta ese entonces”. Y para fines de 1999, la banda cerraría su ciclo con la grabación de  su último disco “En casa”, con el cual la banda pondría punto final a catorce años de carrera.

Sin embargo, tras siete años de sepulcral silencio la banda decidió reunirse por primera vez tras la separación, para complacer a su no tan corta fanaticada; siete largos años, en los cuales cada uno de los integrantes se ha visto involucrado en proyectos distintos. Sus cuerpos  han digerido casi cuatro décadas, no obstante, g3 es la prueba fehaciente de que lo único que envejece es el cuerpo y que la energía permanece impertérrita burlándose de todo concepto físico del tiempo. Cinco años más tarde, después de aquella primera reunión la banda volvió a repetir el plato, y esta vez por partida doble, en dos conciertos que, de seguro, quedaran grabados en la memoria de todos aquellos que tuvimos la oportunidad de asistir. Larga vida al rock. Larga vida a Gx3.

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