Gonzalo
Farfán, Gabriel Bellido, Guillermo Figueroa y Pipe Villarán: G3, ha sido y
será, sin lugar a duda una de las bandas más representativas del movimiento
hard – core en el Perú y del rock en general. Sin embargo, es también el sonido
que se aleja de a pocos, pero que perdura en la mente de su extensa legión de
seguidores; sonido que se extingue por el mismo mecanismo por el cual se apagan
las demás bandas de este país: la indiferencia de los medios.
G3
surge a principios de la década de los ochenta tras la disolución de Autopsia, banda pionera
del ya recordado movimiento subterráneo. Para marzo del 87 la banda, que hasta
ese momento estaba formada como un trió, grabaría su primera producción en
formato de cassete “Un nuevo enemigo”, empezando así una serie de giras tanto
al interior como al exterior del país. Ya en 1990, la banda daría a luz a su segundo
álbum “En llamas”. En 1994, se
integrarían Pipe Villarán y Alejandra Pérez Prieto: Guitarra y coros
respectivamente, iniciando así con esta nueva adhesión la producción de su
tercer fruto: Psicotropia, disco que encierra nuevos elementos, entre ellos el
grunge; elementos, que no habían sido incluidos en las dos producciones
anteriores. Aunque el Psicotropia no es un disco grunge stricto sensu, este le permitió a la banda reinventarse a sí misma
en cuanto al aspecto sonoro concierne. Posteriormente haría su aparición “Pasan
los días”, disco que incluiría la quinta esencia de toda su producción musical
hasta ese entonces”. Y para fines de 1999, la banda cerraría su ciclo con la
grabación de su último disco “En casa”,
con el cual la banda pondría punto final a catorce años de carrera.
Sin
embargo, tras siete años de sepulcral silencio la banda decidió reunirse por
primera vez tras la separación, para complacer a su no tan corta fanaticada;
siete largos años, en los cuales cada uno de los integrantes se ha visto involucrado
en proyectos distintos. Sus cuerpos han
digerido casi cuatro décadas, no obstante, g3 es la prueba fehaciente de que lo
único que envejece es el cuerpo y que la energía permanece impertérrita
burlándose de todo concepto físico del tiempo. Cinco años más tarde, después de
aquella primera reunión la banda volvió a repetir el plato, y esta vez por
partida doble, en dos conciertos que, de seguro, quedaran grabados en la
memoria de todos aquellos que tuvimos la oportunidad de asistir. Larga vida al rock.
Larga vida a Gx3.
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